Volvió a pensar en lo mismo que cuando se acostó y que ya lleva días que no se lo quita de la cabeza. La casa estaba en calma, sólo se oían los pájaros y el agua del río. Bajó las escaleras pensando que no era el único que estaba despierto y así fue. Ahí estaba, sentado en el jardín observando lo que él piensa que es importante, una hormiga, una mariposa, los árboles contonearse y como las sombras van cambiando por la brisa del mediodía, algo tan insignificante que si lo observas 30 segundos, ves cientos de cosas y que un día normal no se habría parado a perder ese valioso tiempo que siempre decimos que no tenemos, y tontamente lo desperdiciamos. Es el mejor sitio para hacerlo, sin otra distracción que la que tu le quieras dar.
Después de mas de 15 años, volvió a echarle azúcar al colacao, acompañado de otra delicia de la infancia, y no tan lejana, unos Golden Grahams. ¿Qué mas quieres? sol, monte, brisa y silencio. El mejor cóctel para un domingo con un pelín de resaca.
-Tengo un problema-. Eso fue lo primero que dijo.
-Tranquilo que no se acaba el mundo-. Le contesta con una sonrisa.
-Llevo tiempo pensando cómo decirlo y si es buena idea.
-¿Pero se lo vas a decir así? No me jodas.
- La verdad que tienes razón, me he venido muy arriba-. Asumiendo que sería mejor cambiar el discurso.
Se formó un silencio que les dio para pensar un rato y se rompió con un "hay que hacerlo, no vas a perder nada"
El humo de un cigarro inundaba el medio metro que les separaba mientras los dos seguían deliberando sobre lo que era mejor o menos mejor que hacer.
Cuantas veces repetimos "vida sólo hay una, y hay que aprovecharla", y no lo hacemos con las cosas que tienen mas importancia. Es tan fina la línea entre ser valiente o quedarte en isla de los cobardes que nos olvidamos de saltar, que tampoco hace falta irte a Acapulco y tirarte desde un acantilado. Un pequeño salto nos vale, y si es con un empujón tampoco lo vamos a despreciar.
Hubo un tiempo en el que pensaba demasiado, que le daba una, dos y tres vueltas de tuerca a las cosas y situaciones que ni siquiera se habían planteado. Hoy se sorprende así mismo con que eso quedó atrás, que ya no se preocupa en quedar mal o bien, hace y dice lo que piensa, y va con los que se siente a gusto.
¿Por qué no? se preguntó una y otra vez de camino a casa. ¿Qué hay de malo? Pues eso mismo le digo yo, que disfrute lo que pueda, que siga persiguiendo su sueño, que no le queda nada para conseguirlo, y que siga igual de centrado que hasta ahora. Todo sacrificio tiene su recompensa, y ostia si la tiene... Las cosas pasan porque tienen que pasar, ya sean buenas o malas, así que mira hacía adelante y que no te importe lo demás.
Y si ves que el salto es muy grande, lo que te dije, pírate a Acapúlco, y te marcas un salto de 2 vueltas y media hacia atrás con tirabuzón en posición carpada desde acantilado de 35 metros! no habrá ni dios quien te frene después de hacer eso coño! Igual me he pasado..si ves que te queda lejos, tampoco hay que ser tan gallo..coges, te tiras de cabeza donde te cubra (un poco), te haces unos largos y quedas de puta madre también!
Feliz domingo y buena resaca colega! Líate un cigarro, hazte un café con leche y hielo, es lo mejor para cargar las pilas. No se si ha sido el café de la tarde, o los Golden Graham's de la mañana, pero si, ha funcionado.
PD: No pienses